miércoles, 21 de enero de 2009

Las EPS siguen rajadas, según encuesta de Asociación de Hospitales

Son muchas las EPS que dilatan los procesos, que buscan la manera de no recetar lo necesario, de que los médicos no se excedan en tiempo y en formulación, que no se les ocurra mandar a alguien al especialista y algunas han llegado a premiar a los médicos que menos gastos les generen.
De todas las Empresas Promotoras de Salud (EPS) ninguna pudo superar en el periodo 2007-2008 siquiera los 60 puntos en una calificación en la que el máximo es 100, resultado obtenido de la encuesta de la Asociación colombiana de hospitales y clínicas, que se realiza cada año y en la que se les pregunta a 100 Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) sobre la efectividad que en materia de salud prestan la EPS.
El resultado no sorprende a los colombianos, quienes desde hace rato ven cómo el deterioro en la atención de la salud es evidente. Son muchas las EPS que dilatan los procesos, que buscan la manera de no recetar lo necesario, de que los médicos no se excedan en tiempo y en formulación, que no se les ocurra mandar a alguien al especialista y algunas han llegado a premiar a los médicos que menos gastos les generen, volviendo la salud no solo un negocio, sino una verdadera afrenta al juramento hipocrático.
La primera impresión de muchas personas es que la culpa la tiene la Ley 100, pero la realidad es que si se mira en detalle esta norma no ofrece sino ventajas y deja claramente establecido el orden y las responsabilidades en materia de salud, no obstante, son quienes tienen que ponerla en ejecución los que les ponen palos a la rueda, pues de esta manera consideran que hacen mucho y lo que logran es un desprestigio que les empiezan a cobrar los pacientes o sus propios clientes a la mayoría de ellas.
Desde hace rato personerías, Defensoría del pueblo y la Corte Constitucional han advertido de cómo las EPS han provocado casi que un colapso en el sistema judicial, pues han vuelto de la tutela un paso más en el tedioso proceso del paciente por lograr un examen especializado, la programación de una cirugía, la remisión a un especialista o la hospitalización.
A esto se suma que las IPS denuncian que como parte de esta falta de efectividad las EPS lo que hacen es demorar los pagos a las instituciones médicas, a pesar de que sagradamente las empresas les consignan lo correspondiente a sus trabajadores, con lo que dificultan muchas veces el flujo de caja de hospitales y clínicas, en donde tienen que padecer las impaciencias de los usuarios, a quienes se les dificulta entender todo este berenjenal al que los han sometido.
Es necesario que a estos resultados les sigan investigaciones, que la Superintendencia intervenga y que el Ministerio de Protección Social realmente sancione a las EPS que tenga que hacerlo, pues los pacientes están cansados del maltrato al que son sometidos. Por ejemplo, en Manizales existen entidades de estas que tienen un sinnúmero de sedes separadas las unas de las otras por cuadras enteras obligando a personas con incapacidad, en situación de discapacidad, de la tercera edad o mujeres en embarazo a atravesar avenidas, recorrer calles, incluso bajo la lluvia, pero es como si el paciente no importara.

Tierra y Justicia - La Patria

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